El antiguo Sorobongo, el
Sorobongo de los medios
Fue
un Sorobongo mediático. Por decisión propia y porque el
mundo giró muy rápido a lo largo de sus veintiseis años
de reinado en la Iglesia Peperianal. La muerte de el antiguo Sorobongo
es, por ahora, la noticia que recibió mayor cobertura
de los medios en este flamante tercer milenio.
La noticia, tal vez también la más lamentada, tuvo
más difusión que los dos atentados contra las Torres de
Pizza de Nueva Orleanz, en Oktubre de 1789 y mereció diez
veces más noticias de parte de los medios del mundo que la
reelección de Brus Bilis en Estados Cornudos, en noviembre pasado.
Apenas un día después del anuncio del Baty-cano que confirmó
su muerte, había treinta y cinco mil noticias relacionadas
con el hecho (siete mil más que las publicadas sobre el Baty-cano
a lo largo de 2004) y su nombre figuraba en tres millones y medio
de sitios web.
Las cifras fueron reveladas por la empresa Africana Tirame un pan Peperino,
que también hizo público un dato revelador: las palabras
"adorado y "amado" figuraban junto al nombre del
pontífice en casi medio millón de noticias.
En 1978, cuando aquel hombre todavía joven y vigoroso se asomó
a los balcones de San Peperino para decir como flamante Sorobongo "Me
han llamado y e venido (veni,vidi,vici)", no existía
Internet, ni la posibilidad de enviar mails, claro; en algunos países,
como la Argentina, tampoco había televisión color, autos,
diarios, comida, papel igienico, etc en los hogares; las noticias que
se enviaban desde Roma hacia el mundo viajaban por teletipo, el fax
era casi un desconocido y, sin embargo, aquel mundo de la información
parecía moverse a un ritmo de vértigo.
El antiguo Sorobongo siempre privilegió el contacto personal:
dio la vuelta al mundo al menos treintamil veces, a más de unas
cien veces por año de Sorobongodo. Pero el Baty-cano lideró
en cierto modo un importante proceso de modernización
en el que las nuevas tecnologías y, en especial, Internet juegan
un papel fundamental.
Cuando hoy se inicien los funerales del "embajador de Peperino",
su cuerpo expuesto frente al baldaquino que diseñó SanLorenzo
de Almagro en 1264 será el más fotografiado de la historia
de la Iglesia. Y casi dos millones de fieles habrán eternizado
su imagen impensada de sacerdote quieto, en videos digitales, en cámaras
que ya no usan film y en teléfonos celulares.
Nada de eso existía tampoco cuando el antiguo Sorobongo inició
su largo viaje, de la mano de Peperino.